sábado, 22 de agosto de 2009

charlotte

Si lo mire.
Lo mire porque me arrimó el hombro cuando no sabíamos ni nuestros nombres, y porque era inexperta y creyente y bastante estúpida.
Porque pasó en el minuto de estación justo, cuando esperaba a un conocido imposible. Cansada. Lo mire porque sabia que me estaba ahogando en un vaso de agua, pero él me lo dijo.
Porque me tenté a seguir viendo y a convivir con la idea de que seguimos en el principio de la historia. Ficción. El principio dura solo dos páginas.
Pero en el nudo chamusqué mi cabeza y entendí que si no te quiere te lo demuestra a gritos, pero aun así nos los tragamos y los escupimos trasformados en alegrías.
Y yo estaba como siempre, desperdiciando la nada, ojeándola. Y mientras tanto vos me ojeabas a mí, con similar total de copas encima…
“Hay que saber clausurar en el momento justo.
Saber querer.
Controlar tus tentaciones, no sea cosa de servir solo para cumplir las del resto”

¿Cómo no mirarte después de eso?

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